-Pues aunque no lo pinches quieras, tú eres de mí y yo de tí y los dos del tiempo y de la nada, y te amo y me amas y un pinche día nos vamos a suceder y vamos a reunir tus alas con mi libertad.
Con las ganas inmensas de hacerte mío y dejarme ser tuyo, así que dejemos de jugarle al pendejo, César.
Te amo.
Te amo, E.
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