jueves, 15 de agosto de 2013

Las ruinas, los fracasos, los amores y las decisiones.

Hoy durante mi evaluación semestral como empleado, comentaba con mi jefa todas mis fortalezas, mejor dicho ella comentaba todas mis fortalezas y yo hacía inventario, comentaba lo contenta que está con mi trabajo, lo bien que se siente al (re)tenerme entre el personal a su cargo, el asombro que tiene por mi capacidad de hacer todo al mismo tiempo, el profundo respeto que guarda por mi persona, la seguridad que le brinda el tenerme cerca, etc. Ni un solo defecto. 

Mientras ella se deshacía en cumplidos, yo no podía imaginar otra cosa más que mis defectos. Todos esos monstruos que oculto debajo del colchón, mis inseguridades que pocas veces salen a pasear, ella no sabe que mi obsesiva organización en el trabajo es resultado del masivo desmadre que tengo en mi vida. 

También, mientras seguía con su enamoramiento por mi, yo no podía hacer otra imagen qué no fuera la de la mañana del día de ayer; eran las 5:00 de la mañana y yo estaba poniéndole azúcar en el café, me gusta el café en las madrugadas porque tengo la claridad de hacer cuentas y tomar decisiones. ¿Eso es ser adulto? ¿Remojarlo todo en el café de las mañanas? ¿Las ruinas, los fracasos, los amores, las decisiones?.

Ella no sabe que mientras tomaba café decidí presentar mi renuncia tan pronto se acabe el proyecto que tenemos en puerta. Ella, todavía, no sabe que el único defecto que me pondrá dentro de poco, será el no tenerme entre el personal a su cargo, no seguir asombrándose por mi capacidad de hacer todo al mismo tiempo, la inseguridad de ya no tenerme cerca para darle solución a las cosas con las que nadie quiere lidiar. 

Ella al igual que el chico que inesperadamente me está gustando y me está gustando mucho, no saben que mi defecto es huir en cuanto tengo oportunidad. Ellos no saben que siempre elijo un "NO quiero hacer lo que tú quieres que yo haga" antes que "Claro, hagámoslo", ellos no saben que me cuesta mucho trabajo que me cuelguen expectativas porque todavía no sé cómo cumplir con las mías (porque sí, me las pongo). Ellos no saben que me gusta mucho viajar, viajar huyendo, llegar a cualquier lugar y llenarlo todo de mí; no saben que tiendo siempre a solucionarle todo a los demás, volverme indispensable, adueñarme de sus secretos y partes indispensables de su rutina para luego desaparecer y llevarme todo conmigo. No saben que he huido de tres ciudades distintas en 5 años, buscando, buscándome... Llenando todo de vacíos. 


1 comentarios:

Unknown dijo...

Ahora soy yo el que quiere matarte!!!

 
 
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