Ayer cambié de teléfono y sincronizando el nuevo, el destino me traicionó sincronizando la última conversación subida a iCloud. Ya había borrado todo rastro tuyo y de pronto todo estaba ahí de nuevo, y te leí. Me leí. Nos leí. Volví a ver todas las fotos que nos enviamos y tomamos. Qué chinga.
Abriré la llave para que corra todo lo que tenga que correr y se lave lo que se tenga que lavar.