domingo, 25 de septiembre de 2011

sábado, 24 de septiembre de 2011

Recuerdo que lo que me conquistó de ti y de hecho me enamoró de ti, es que luchabas por tu amor hacia alguien más con tanto ahínco y pasión que yo en aquel momento solo quería sentir que alguien sentía eso por mi, que alguien me hacía sentir tan amado, tan valer la pena, tan apreciado, atesorado.

Que sentimiento tan revelador es este del darme cuenta que aún con todo a tu favor para lograr hacerme sentir así, en el momento en que más se esperó de ti, simplemente no pasó nada. Supongo que puedes luchar por todo de esa manera, pero no pudiste ni quisiste hacerlo por mi.

Hablo acerca de la pasión, del amor, de la lucha, del amor que se construye, que se sufre pero que sobre todo se disfruta. Es tiempo de seguir. Quizás solo fuimos la persona indicada el uno para el otro pero en momentos diferentes.

Gracias por todo el aprendizaje.

Que desilusión.


A final de cuentas y casi en el final de los finales pude entender que es lo que tenía que aprender de ti para poderte dejar ir.

domingo, 18 de septiembre de 2011

What is what i want?

Tu aquí y ahora, conmigo.

martes, 13 de septiembre de 2011

Aprendí que el amor si es eterno.


No me prometas cosas que no puedas cumplirme le decía siempre a mi primer novio, ése que conocí después de que me rompieron el corazón por primera vez, ése con el que viví un tiempo y le gustaba despertarme todas las mañanas prometiéndome cosas con sus labios en los míos.

¿Que si qué me gustó de él?, todo, no había manera de que no... física, mental y emocionalmente era un maestro, le gustaba enseñar y a mi, a mi me gustaba mucho aprender. Aprendía en la cocina, en la regadera, en la cama, en los bares, en las plazas, en las iglesias, en las librerías, pero sobre todo, aprendía de las promesas que me susurraba en los labios todas las mañanas. Aprendí a no creerle a la gente que dice que te amará por siempre, por que en una librería a la que él me llevó compré un libro que decía que nadie dura para siempre; aprendí a no creerle a la gente que te promete guardarte siempre tu lado de la cama, por que los bares y las filas en el confesionario de las iglesias me enseñaron que para todo y para todos hay un turno (y sobre todo, que la fila avanza rápidamente); Lo que aprendí sin promesas a cambio fue el arte de disponer el cuerpo a placer de uno mismo y del acompañante, que sirve de plato y de cocina y que el baño siempre es mas divertido de a dos en dos.

Un si condescendiente y eterno a mi segundo novio. Si, nos haremos viejos juntos en una casa frente a la playa. Si, aprovecharé todas las oportunidades que tenga para venir a verte, desde mi ciudad a la tuya aunque tu no vayas a la mía Si, te amo eternamente. Si, puedo dejar de ser yo para convertirme en lo que tu quieres que yo sea, en quien tu esperas. Si, hagamos las cosas a tu modo, ese que siempre terminas convenciéndome de que es el mejor. Si, estoy muy cansado de ti y de tratar ser alguien que no soy solo para hacerte ver que te sigo amando de la forma en que te gusta ser amado. Si, ya no quiero ser este César que tu construiste. Si.

¿Y de mi tercer novio?, ése que me preguntaba si creía en el amor eterno, a el, a el le aprendí a renunciar; a renunciar a las promesas, a los planes, a la formalidad, a la puntualidad, a lo que uno de verdad quiere. Aprendí que el amor si es eterno. Aprendí del amor que yo me construí para mi, el amor imperfecto. Conocí el amor que se cansa de siempre entregarse sin medida. Aprendí el amor que se goza cuando se está en igualdad de condiciones, de inversiones. Aprendí del amor que perdura aún sobre uno mismo, sobre el amor propio. Terminé por concebir la eternidad del amor, que el amor si es eterno; que dura la eternidad de una mirada, de una sonrisa, de una lagrima, de un gemido ahogado entre sábanas. Aprendí pues, que el amor si es eterno, que se construye, que se cansa, que se sufre que se goza y que perdura sobre muchas cosas. Pero que ese amor no puede ser para otra persona mientras no sea para uno mismo. Aprendí el dolor de un corazón hecho pedacitos que puede seguir desmoronándose aún después de terminada la batalla.

Hoy, aprendí que cuando ya no se puede aprender mas por que uno ya se sabe las cosas por constante repetición, hay que buscar nuevos maestros.

Gracias a estas tres grandes personas y grandes maestros de vida que tuve, gracias por todos los maravillosos momentos que pasamos juntos, gracias por arrancarme todas esas sonrisas y sensaciones, gracias por todo lo bueno y lo no tan bueno.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Life during war time


Esta canción define perfecto mi domingo.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mesa para dos.



¿En que punto uno cambia? ¿En que punto uno deja de ser ese niño coqueto, risueño y agradable; para convertirse en todo seriedad y sinsentidos?

Te cuento lector que tenía rato que alguien no me dejaba sin opciones a la hora de invitarme a salir, al grado tal de no poder decir no, llegué de correr y ahí estaba él afuera de mi casa, llegamos al mismo tiempo...

Yo: sht sht.
El (bajándose del carro): Hey, venía por ti para ir a cenar por que eres muy Diva y no hay manera de encontrarte en redes sociales y no contestas nunca el celular.
Yo: Ya no tengo celular... te saludo sin abrazo por que estoy todo sudado.
El: (me jala hacia a él para abrazarme sin decirme nada).
Yo: ...
El: ¿Entonces? (mirada inquisidora escaneando mi facha).
Yo: Dame 15 min. solo para bañarme.
El: Jeans y playera, no te pongas muy guapo.

Cenamos en un lugar que me gusta mucho y aunque la cita no haya sido en un tono romántico, sino de amistad (Quiero pensar), me redescubrí en ésta faceta que hace mucho no tenía, la de salir con alguien muy seguro de si mismo y de lo que quiere obtener conmigo, a cenar; por que no es igual salir con alguien con quien regularmente lo haces (Quien te da por hecho) y se tiene esa rutina de visitar los mismos lugares y tener los mismos temas de conversación que cada vez se agotan más y más. No, esta vez fue diferente, esta vez era yo, pero no un yo habitual sino un yo que hace mucho no me permitía sentir, un yo coqueto, risueño, conversador, agradable, resuelto, pero sobre todo, dispuesto.

Para cuando me dí cuenta la cena se había terminado y yo no me había callado en toda la noche, como esas personas que hablan y hablan y hablan cuando están nerviosas, ¿De qué estaba nervioso? Para cuando me di cuenta ya me había ido de cuatro y hablado de más. Está demás decir que no me dejó pagar la cena y no por "quedar bien", sino por que así es el, es una persona segura, sabe que quiere y como obtenerlo, es una persona afable y por demás agradable a la vista y a los sentidos... de esos chavos que no hay forma de que no te gusten. ¿A que viene todo esto?, A que me da mucho gusto poderme experimentar a mi mismo como una persona agradable, y digna de insuperable compañía. Aclaro que no soy de esos chavos feos y raros, al contrario me considero un hombre agradable a la vista y con tema (de esos que saben un poquito de todo para poder platicar todo de ese poquito de lo que se habla, de esos bien leídos y amables), pero tampoco soy una persona que salga mucho (a solas) con otra en un plan que no se si es de amigos; soy mas bien medio torpe socialmente para eso, no por que no sepa como, sino por falta de practica, habían pasado ya, los dos años y medio desde la última vez en la que fui la mejor versión de mi mismo solo por el placer de disfrutarme y que me disfrutaran así.

Me dí cuenta de algo, me di cuenta que a final de cuentas uno solo quiere compartir momentos agradables, con gente que tenga la valentía y seguridad suficientes para generarlos y costearlos (y no estoy hablando precisamente de la cuestión económica), no para pedirlos, por que al pedir siempre se deja abierta la puerta a la negación de una buena invitación. Me di cuenta que disfruto enormemente mi capacidad de dar ese tipo de satisfacciones a otra persona, de brindar una inmejorable compañía y de mi gusto enorme por dar placer y ser placentero a los demás.

Un aplauso a todos aquellos hombres que tienen la seguridad suficiente como para que a pesar de nosotros mismos lograr obtener lo que quieren, y que eso que quieren sea el placer en común. Mi más sincero agradecimiento y la mas bella de mis sonrisas a este hombre en particular, por que sin saberlo, hoy me rescató de mi negación a disfrutar de esta parte que tanto me gusta y en la que soy tan bueno: la apertura a conocer nuevas personas y la posibilidad de enamorarme de nuevo; que me rescató de mi negación a ser una persona que gusta a los demás hombres (y que casualmente no son esa persona que me gustaría que me amara (de nuevo)), de mi constante lucha por guardar el lugar de quien no quiso ocuparlo más, para él mismo, esperando que volviera. La mas tierna de mis miradas para él, que a pesar de mi mismo, logró hacerme feliz con solo pedir una mesa para dos.

Gracias por leer a este hombre agradecido a quien en la cena de hoy, le arrebataron sonrisas que hace mucho tiempo no se sonreían.

martes, 6 de septiembre de 2011

The one you say goodnight to - Kina Grannis

All love - Ingrid Michaelson.



 
 
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